There can be as much value in the blink of an eye as in months of rational analysis.
Malcolm Gladwell
Desde su propio rincón él mira hacia los extremos del mundo, y ve en cada uno de los sitios en que le es dado mirar a un hombre: Un hombre que habla, uno que escucha y uno más que hace. Y de los tres, sólo de aquél que hace el nombre conoce.
Tres hombres diferentes que ante tres situaciones diferentes de la vida actúan de manera diversa. Sólo una cosa los une: la duda. Uno ante la duda de las líneas que debe decir, decide improvisar. Él habla, no mira, no escucha, sólo habla. No le es dado otra cosa sino hablar. El otro, dudando de la reciprocidad del ser amado, en la noche obscura y estrellada decide escuchar. Hablar para el carece de sentido, ya tantas veces antes habló y sintióse no escuchado. A él sólo le es dado escuchar. Pero hay un tercer hombre que ante la duda decide actuar. Él indaga, él cuestiona, él interroga hasta encontrar la respuesta, o hasta creer encontrarla. Al final de todo, ¿qué son las respuestas? ¿Son en verdad respuestas o son tan sólo lo que queremos recibir? Este tercer hombre no habla, no escucha, él actúa. Y tal vez por ello, o a pesar de ello, es que sólo de él el nombre conocemos.
Pero existe un cuarto hombre: El hombre que mira... que mira a los tres extremos del mundo a los que le es dado mirar. Sólo tres extremos mira, pues el cuarto extremo del mundo es por él ocupado. Y quisiera a este hombre describir, pero me es imposible. A éste no lo veo. Tan solo veo lo que él mira. Miro por sus ojos, miro lo que él mira, pero a él no lo puedo mirar. Éste es el hombre que mira, él no habla, él no escucha, él no hace; sólo mira. Mira e intenta no juzgar, mira e intenta no interrogar, mira e intenta no influir. Y de él, aunque por sus ojos miro, el nombre tampoco conozco.
1 comentario:
Me considero un observador al igual que tú. Tal vez me encuentro en la misma esquina, tal vez veo las mismas cosas que tú puedes vez; tal vez mi situación sea muy similar. Lo que sí es evidente para mí, y en eso estoy de acuerdo, es que podemos ver mucho más acerca de lo que sucede en las otras 3 esquinas de lo que podemos ver en la nuestra propia.
Me pregunto a veces, sin embargo, si es posible ser simplemente un observador. Se ha dicho en varias ocasiones que no es posible observar un sistema sin llegar a cambiarlo en el proceso (o en otras palabras, que no es posible observar un sistema sin llegar a formar parte de él). En más de una ocasión he tenido la sensación de que por el simple hecho de haber dirigido mi vista hacia un evento en proceso, el evento en sí dejó de ser el mismo.
Tal vez ese hombre que habla, ese otro que escucha e incluso aquél que simplemente mira... actúan inadvertidamente en su entorno aunque no se lo propongan.
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